Claves para criar niños resilientes y prevenir la ansiedad en la adolescencia
- Carmen Budai
- 24 ene 2024
- 4 Min. de lectura
La ansiedad es una emoción normal y adaptativa que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve excesiva o persistente, puede convertirse en un trastorno mental. Los adolescentes son particularmente propensos a desarrollar problemas de ansiedad, ya que se enfrentan a una serie de cambios y desafíos durante esta etapa de la vida, sobre todo si no han desarrollado las habilidades necesarias en la infancia y en la preadolescencia.
Hay muchas cosas que los padres y cuidadores pueden hacer para ayudar a prevenir que los adolescentes desarrollen problemas de ansiedad trabajando desde la infancia.
A continuación presentamos algunas claves para criar niños resilientes y prevenir la ansiedad en la adolescencia.
Normalizar todas las emociones, todas las emociones son válidas y normales. No hay emociones buenas o malas, todas tienen su razón de ser y pueden ser experimentadas por cualquier persona en diferentes momentos de su vida. Es importante reconocerlas y permitirnos sentirlas. Esto implica entender que las emociones son respuestas naturales a nuestras experiencias y que tienen un propósito, ya sea para protegernos, comunicarnos o ayudarnos a entender nuestras necesidades.
Enseñarles a gestionar las emociones. Una vez que identifica la emoción y conoce su función y como se manifiesta en su cuerpo, tiene que aprender que puede tomar una decisión sobre qué hacer y como actuar cuando nota esta emoción. Es muy importante que aprendan a no dejarse llevar por las emociones.
Educa con consecuencias no con castigos. Los castigos no enseñan y pueden crear malestar, ansiedad o depresión a largo plazo. Las consecuencias son naturales y permiten a los niños a aprender a ser responsable de sus actos, a ser más empáticos y más consciente de sus actos.
Ayuda al niño a descubrir sus aptitudes, intereses y actividades. Fomenta sus habilidades, tanto las que le cuestan más como las que le gustan y le resultan más fáciles.
Corregir y premiar el esfuerzo y no los resultados. No tenemos control sobre los resultados pero si sobre lo que hacemos nosotros. Puede que algo no salga según esperamos a pesar de nuestros esfuerzos. Es mejor enseñarle a analizar que ha fallado y hacerle ver que podría mejor para próxima que llamarle "inútil o tonto".
Evitar la sobreprotección, permitir que tenga pequeños imprevistos y frustraciones, enseñarles que tienen que esperar. Fomentar la autonomía asignándoles tareas y responsabilidades.
Enseñarles a ver los errores y los problemas como oportunidades de aprendizaje y retos. Esto les ayuda a desarrollar habilidades de solución de problemas y a desarrollar la resiliencia para enfrentarse a los retos de la vida.
El ambiente familiar tiene un impacto significativo en el desarrollo de los niños, tanto en su adolescencia como en su edad adulta.
Algunas claves para crear un ambiente familiar y social que ayude a los niños a desarrollarse sanos emocionalmente.
Establecer una rutina diaria: Los niños se sienten más seguros y confiados cuando tienen una estructura y una rutina establecida en su vida diaria. Establecer horarios para actividades como comer, dormir, estudiar y jugar puede proporcionar a los niños un sentido de seguridad y estabilidad.
Fomentar un ambiente tranquilo y relajado en casa: Crear un ambiente tranquilo en casa puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad de los niños. Puedes crear un espacio tranquilo donde los niños puedan relajarse, como un rincón de lectura o una zona de juegos tranquila.
Fomentar la comunicación abierta: Anima a tu hijo a hablar sobre sus sentimientos y preocupaciones. Escucha activamente y muestra empatía hacia sus preocupaciones. El saber que puede confiar en tus padres y compartir sus inquietudes puede ayudar a los niños a sentirse más seguros y a gestionar su ansiedad de manera más efectiva.
Enseñar habilidades de resolución de problemas: Ayuda a tus hijos a aprender a identificar y abordar los problemas. Enséñales cómo identificar los problemas, pensar en soluciones posibles y evaluar los pros y los contras de cada una. Esto les proporcionará herramientas para abordar sus preocupaciones y encontrar soluciones prácticas.
Fomentar el autocuidado: Enseña a tus hijos la importancia del autocuidado, como dormir lo suficiente, comer saludablemente, hacer ejercicio y tomar descansos regulares, tener amigos y relajarse. Una buena salud física puede tener un impacto positivo en la salud mental y ayudar a reducir la ansiedad.
Limitar el tiempo de pantalla: El exceso de tiempo frente a pantallas, como la televisión o los dispositivos electrónicos, puede aumentar la ansiedad en los niños. Establece límites de tiempo para el uso de pantallas y fomenta otras actividades como leer, hacer deporte, juegos de mesa en familia o pasar tiempo al aire libre.
Modelar una actitud calmada: Los niños aprenden mucho observando a los adultos que los rodean. Intenta modelar una actitud tranquila y calmada frente a situaciones estresantes. Si los niños te ven manejando adecuadamente la ansiedad, es más probable que ellos lo hagan también.
Recuerda que cada niño es único y puede responder de manera diferente a las estrategias mencionadas. Si la ansiedad de tu hijo persiste o interfiere significativamente en su vida diaria, no dudes en ponerte en contacto. Ofrecemos servicios de Terapia infantil , Atención Psicológica a Madres y Padres. Taller de gestión emocional para madres y padres.
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